Mientras escuchaba el coro cantando la famosita canción de navidad que dice: “y santa claus traerá, el dia de navidad, lindos juguetes, sabro…” Elaine dice: “yo me voy ya di mi cuota de escuchar esto, ya sabes que soy super grinch!” mientras se montaba en su carro rumbo a la zona, yo me quedé escuchando el resto de la cancioncita, con los ojos cerrados, sientiendo la brisa super friiia que hacía esa noche. Y así con mis ojos cerrados pensaba en la navidad, en eso de compartir y la buena vibra y los regalos y comprar y los tapones y las filas del super y los charamicos y la oscuridad a las 6 de la tarde y lo magnificado que se siente cualquier problema que tengas con un amigo, un familiar o un ser querido. No soy gente de espiritu navideño, aunque no niego que he hecho el esfuerzo por tragarme el cuento de que santa claus traerá, bla, bla, bla; pero que va, siempre surgen cosas que me acuerdan lo que es realmente la navidad, básicamente es el mismo estress de todo el año disfrasado de musiquita positiva, un friito para que te vistas con otra ropita que no sean los tiritos y la bendición del doble que se va en pagar y dar regalos no garantizados que sean del agrado de quien los recibirá.
Quisiera volver atrás y decirle a Elaine: “espérame grinch, que ahora me acordé que el Viejo santa no traerá nada!”
Jo, jo, jo
